¿Cómo huyó Dolores del Río cuando dejó Durango durante la Revolución Mexicana?
Dolores relató que siendo aún una niña, tuvo que huir de Durango junto con su familia, durante la Revolución Mexicana.
DURANGO, Durango.- María Dolores Asúnsolo y López Negrete, nació el 3 de agosto de 1904 en la ciudad de Durango, en una familia de la aristocracia mexicana durante el Porfiriato.
Sus padres, Jesús Leonardo Asúnsolo Jacques y Antonia López Negrete, provenían de familias acaudaladas y con linajes que se remontaban a la nobleza virreinal en España.
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¿Cómo tuvo que huir de Durango la actriz Dolores del Río, cuando estalló la Revolución Mexicana?
Durante la Revolución Mexicana, la familia de Dolores del Río perdió todos sus bienes en Durango debido a la insurrección liderada por Pancho Villa, y por supuestos problemas que tuvo el padre de Dolores con el líder revolucionario.
Ante la amenaza, la familia Asúnsolo decidió huir de la ciudad de Durango, luego vender sus pertenencias y abandonar lo que no pudo venderse.
Leonardo Asúnsolo, padre de Dolores, huyó a Estados Unidos, en tanto que Antonia López Negrete y su hija Dolores abandonaron la ciudad en un tren, disfrazadas como campesinas.
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¿Dónde se refugió la familia de Dolores del Río durante la Revolución?
En 1912, la familia se reunió en la capital mexicana bajo la protección del entonces presidente Francisco I. Madero, quien era primo de Antonia.
La actriz recordaba con cariño sus encuentros con el tío 'Panchito', como llamaban a Madero. Cerca de cumplir los 8 años, ella recordaba que Madero la sentó en sus rodillas y le regaló un enorme globo rojo.
Sin embargo, también vivieron momentos de tensión durante la revolución, incluyendo 'la decena trágica' en febrero de 1913, el golpe de Estado militar donde asesinaron a Madero.
Dolores y su familia se refugiaban en el escondrijo del entresuelo de la casa de sus padres cuando el peligro arreciaba.
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¿Regresó Dolores del Río a su natal Durango?
En 1921, a la edad de 17 años, Dolores conoció a Jaime Martínez del Río y Viñet, hijo de una acaudalada familia, con quien se casó algunos meses después. Tras su luna de miel, que duró dos años, Jaime y Dolores se asentaron en Durango.
Sin embargo esto fue en la región lagunera, no en la capital, en una hacienda que la familia Martínez del Río poseía en el municipio de Nazas, donde Jaime se dedicó a la plantación y comercio de algodón y ganado bovino.
Entre la Hacienda de Cruces, en Nazas, y la Hacienda de Santa Catalina, en Guadalupe Victoria, Durango, Dolores y su esposo vivieron cómodamente, hasta 1924, cuando se desplomó el mercado del algodón y la familia perdió su fortuna.
Nuevamente volvieron a la Ciudad de México, donde vivieron al amparo de sus familias, hasta que el director de cine Edwin Carewe conoció a Dolores y los convenció a ella y a su esposo de probar suerte en el séptimo arte en Estados Unidos, comenzando así su carrera como actriz.
El resto, es historia.
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