¿Por qué celebramos Día de Reyes?
A veces nos lo dicen en la iglesia o nos contaron la historia nuestros abuelos, pero en el mayor de los casos desconocemos toda la historia detrás de la tradición
DURANGO, Durango.- Hoy, 6 de enero, celebramos el día de los Reyes Magos, de los Santos Reyes o, simplemente, el Día de Reyes... pero ¿Sabemos realmente a qué debemos esta celebración? ¿De dónde vienen las tradiciones que rodean esta fecha? Algunos creeríamos que se trata de un evento meramente bíblico, pero en realidad ha sido más parte del folklore y la interpretación de diferentes culturas.
En POSTA Durango te contamos más acerca de esta tradición que va más allá de las religiones:
La historia de los Reyes Magos
En el Evangelio de San Mateo se hace referencia a unos magos que fueron guiados por una estrella para adorar al recién nacido rey de los judíos. Aunque no se mencionan sus nombres ni se especifica que fueran reyes, ni que fueran tres, esta historia ha sido ampliamente conocida y celebrada a lo largo de los siglos.
Según los Evangelios Apócrifos, los magos eran astrólogos que podían predecir acontecimientos a través de la lectura de las estrellas. El Salmo 72 del Antiguo Testamento menciona a los reyes de Sabá y Arabia que le traen presentes al rey recién nacido, lo cual se ha interpretado como una posible alusión a los tres Reyes Magos.
Aunque la Biblia ofrece pocos datos sobre los Reyes Magos, en la tradición medieval se les bautizó con los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar. Estos nombres aparecieron por primera vez en un mosaico del siglo VI en la basílica de San Apolinar el Nuevo en Ravena, Italia.
En España, la leyenda de los Reyes Magos se consolidó en el siglo XII con el Auto de los Reyes Magos, la obra teatral más antigua conservada en lengua castellana. En ella, los magos son representados como astrólogos, no como reyes.
La adoración de los Reyes Magos ha sido un tema recurrente en el arte, especialmente durante el Renacimiento. Grandes maestros como Masaccio, Fra Angelico y El Greco han recreado esta escena en sus obras.
La tradición
Hoy en día, la festividad de los Reyes Magos se celebra con diversas tradiciones en todo el mundo. En España, la Cabalgata del 5 de enero es un desfile en el que los Reyes Magos recorren las calles en carrozas y reparten caramelos. Además, se acostumbra a dejar los zapatos en el balcón para que Sus Majestades depositen dulces en su interior, en honor a una antigua leyenda.
La historia narra que dos pequeños de una familia muy humilde quisieron regalarle sus zapatos al Niño Dios, pues sintieron pena al verlo descalzo. Pero como sus zapatos eran viejos, los lavaron y los arreglaron lo mejor que pudieron; luego los dejaron en el balcón de su hogar para que se secaran durante la noche y poder regalárselos al niño al día siguiente. Sin embargo, al amanecer, encontraron sus zapatos llenos de dulces y pequeños regalos, ya que los Reyes Magos decidieron recompensar su noble gesto, en su camino a conocer al pequeño nuevo Rey.
Otra tradición es dejar agua y pan para los camellos de los Reyes Magos, así como una copita de licor o un vaso de leche y galletas, para que los Reyes recuperen fuerzas. Sin embargo, no todos los niños reciben regalos, ya que aquellos que se han portado mal durante el año pueden recibir un trozo de carbón o una imitación de carbón hecha con azúcar.
Para finalizar el día, el dulce por excelencia es la Rosca o Tortell de Reyes, un bollo en forma de rosca adornado con fruta escarchada. En su interior se esconde una figurita que coronará al afortunado que la encuentre, pero también puede haber un haba, cuyo descubridor deberá pagar el precio del tradicional postre.
En México, en cambio, la Rosca de Reyes puede esconder más de una figurita del niño Jesús, colocadas al azar. Los comensales que encuentren este muñequito (o monito, como se le dice tradicionalmente), son considerados los padrinos del Niño Dios, lo que supone una bendición para la persona que lo encuentra en su plato, pero también conlleva la responsabilidad de pagar la 'tamaliza' del 2 de febrero, fecha en que se acostumbra 'levantar' al niño, es decir, colocar la figura del pequeño Jesús en una sillita y vestirlo con un ropón, simbolizando su bautizo y el festejo correspondiente.
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A pesar de vivir en la era de la tecnología, estas tradiciones perduran con el tiempo y se siguen celebrando cada año. Así que no queda más remedio que acostarse temprano, dejar los zapatos bien limpios y preparar todo para recibir a Sus Majestades de Oriente.
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