Lujo y explotación, Dior Italia bajo investigación judicial

CIUDAD DE MÉXICO.- Dior Italia está en investigación judicial en ese país, pues a razón de una investigación, se encontró que la empresa subcontrataba a otran empresa china que explotaba a sus trabajadores, los cuáles incluso vivían en las instalaciones, entre químicos, con tal de garantizar largas jornadas laborales, además que a las máquinas se les quitaron dispositivos de seguridad para agilizar operaciones.

Con esto era posible realizar bolsos con un costo de 53 euros de producción que se venden después en 2600 euros. Todo gracias a una estructura que se sirve de pagar bajos salarios a personas desprotegidas y de un sin fin de abusos laborales.

Constantemente cuando se habla de estos problemas en la industria de la moda, se ha vuelto fácil señalar a Shein, mientras otros señalan que lo mejor es consumir marcas que quizá sean más caras, pero que estén exentas de todos esos abusos laborales y de tanta contaminación a razón de la calidad de sus productos. Sin embargo con este caso expuesto de Dior y que no es el primero al interior de marcas de lujo, se vuelve más sencillo apuntar lo evidente: tampoco las marcas de lujo caracterizadas por la mano de obra y materiales, está exenta de estos problemas; y la razón es sencilla: todas esas grandes marcas buscan enriquecerse de la mejor manera, y muchas lo encuentran en un modelo de subcontratación de empresas donde los y las trabajadoras viven en situaciones deplorables y de explotación laboral.

Sin embargo dentro del capitalismo, donde incluso se nos repite una y otra vez que “no hay consumo ético dentro del capitalismo” se nos vende también la idea (discretamente) de que hay opciones de consumo que parecen ser más éticas que otras y que al optar por éstas, devinimos automáticamente en mejores personas. Lo único que tenemos que hacer es pagar más. Es esa la ilusión que nos vende el lujo en todos sus representaciones incluso en el de huevos de libre pastoreo, los cuáles son más caros porque se asume una disminución de violencia en su proceso de producción.

Desafortunadamente vivimos en el salvaje mundo capitalista y no se ve manera de que todo esto pare de pronto por más injusto e inhumano que sea. No podemos confiar ni en Shein, ni en Dior, ni en Apple, ni los huevos de libre pastoreo, ni en ninguna de todas esas empresas. Lo único que podemos hacer, más allá de comprar productos más caros bajo la ilusión del consumo ético, es reducir nuestro consumo. No necesitamos tanta ropa como continuamente la industria de la moda nos hace creer.

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