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Reliquia en cada esquina

En cualquier punto de la ciudad se escuchan por lo menos dos sones de tambora, cuetes, pólvora, rezos, y demás características que enmarcan el festejo de la Virgen de Guadalupe.

Por: Aida Campos

DURANGO, Durango. - Si alguien olvidó que era 12 de diciembre las tamboras y los cuetes se lo recuerdan desde la madrugada. En Durango cada asentamiento de la capital por lo menos familia celebra a la Virgen de Guadalupe con la tradicional reliquia, pero antes danzas, rezos, ofrendas y la imperdible convivencia para recordar a los pioneros de este festejo que ahora ya no se encuentran presentes.

En la colonia San Carlos en menos de dos cuadras tres sones retumban al mismo tiempo, tres danzas diferentes… tres hogares diferentes, todos unidos por la misma fe, con un mismo propósito: venerar a la Virgen de Guadalupe en el aniversario de su aparición.

Como cualquier otra fiesta cada familia la organiza de acuerdo a sus costumbres, pero sobre todo a sus posibilidades. La calle se cierra por completo para las danzas y los tambores; a las dos de la tarde es el rosario adonde todos acuden con una vasija para la reliquia, si el año fue bueno, por la noche se repite, acompañado de atole galletas tamales y pan.

Por lo regular es una tradición heredada de padres a hijos, la iniciaron los hijos y a su vez la inculcan a sus propios hijos para que perdure por muchos años más.

Si bien los católicos en Durango veneran y celebran otros santos durante todo el año, el 12 de diciembre es completamente distinto a los demás, la Virgen de Guadalupe, se encuentra presente en cientos de hogares duranguenses que dedican el día entero a compartir con los demás un poco de lo que la virgen les ha dado.