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Halloween en Durango: ¿En qué zonas se piden más dulces?

En qué zonas piden más dulces en Halloween, aquí en POSTA te decimos en dónde van los niños tradicionalmente.

Por: Brenda García

DURANGO, Durango.- Aunque las tradiciones mexicanas no era costumbre pedir dulces por Halloween, desde hace un par de décadas esto se ha vuelto una tradición que se ha adoptado de la cultura estadounidense. 

 

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¿En dónde se piden dulces en Durango?

A pesar de que esta costumbre es totalmente extranjera, en México se ha adoptado esta tradición y aunque hay controversia de entregar o no a los niños dulces durante ese día, hay comercios y familias que ya han empezado a comprar dulces para repartirlos.

Las zonas en donde se ven más niños pidiendo dulces es en el Centro Histórico, así como en plazas comerciales, por lo que los establecimientos ya se preparan para repartir caramelos durante este 31 de octubre.

 

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¿De dónde nace la idea de pedir dulces en Halloween?

Según National Geografic, Halloween, nace de la cultura Celta, en donde se encendían hogueras y ofrecían comida como regalo, con la esperanza de ganarse el favor de los espíritus de los que habían muerto el año anterior. También se disfrazaban para que los espíritus de los muertos no los reconocieran.

Luego, Samhain se transformó en el siglo VII en el Día de Todos los Santos, cuando los líderes cristianos adoptaron las fiestas paganas. Pero la noche anterior siguió celebrándose con hogueras, disfraces y desfiles bajo el nuevo nombre de All Hallows' Eve (en español: Víspera de Todos los Santos), más tarde conocida como Halloween.

 

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¿Cómo llegan estas costumbres a América?

Los inmigrantes europeos llevaron estas tradiciones a América del Norte en el siglo XIX. En la década de los 40, los padres comenzaron a entregar dulces en cada casa del barrio para mantener a sus hijos fuera de los malos hábitos.

El término 'trick-or-treat' se refiere a la opción que los niños le dan a los propietarios de las casas: ser engañados, hacerles una broma o regalarles las golosinas. La mayoría de los propietarios no querían que les hicieran bromas, así que repartían dulces.