¿En verdad el duranguense come alacranes? Descubre quién es su mayor consumidor
Mexicanos de distintas partes del país tienen la creencia de que el duranguense incluye en su dieta a los alacranes, ¿En verdad los comemos? En POSTA te contamos quién es su mayor consumidor.
This browser does not support the video element.
DURANGO, Durango.- Derivado a los memes que circulan por internet y a la alta presencia de alacranes en productos a la venta en Durango, mexicanos de distintas partes del país creen que en verdad el duranguense común lo incluye dentro de su dieta, pero ¿Son los duranguenses los principales consumidores de alacrán en restaurantes? Te contamos.
En POSTA, ingresamos al sitio ideal para encontrar alacranes, el Mercado Gómez Palacio, que prácticamente tiene cualquier artículo, accesorio, dulce o bebida que te puedas imaginar con un alacrán en su interior, en busca de resolver el mito.
Al interior del Mercado, se encuentra el restaurante “La Popis y Los Iguales”, que se caracteriza por incluir en su menú al alacrán.
Sandra Olga Guerra Solano, “La Popis” y propietaria del lugar, nos explicó que a pesar de ser el duranguense su principal público, no son ellos quienes son los que más alacrán le consumen, sino que los turistas que visitan su local son quienes deciden aventurarse en esta experiencia culinaria.
Los turistas, como dice la canción, tierra de alacranes, si has venido a Durango y no has comido taco de alacrán, tienes que dar la prueba para mostrarte que estás en Durango”
Según mencionó “La Popis”, los turistas consumen el alacrán más por el hecho de demostrar que se encuentran de viaje que por las ganas de experimentar algo distinto en su paladar.
El alacrán que se sirve al comensal, se le saca todo lo que contiene en su interior para luego freírlo hasta que se encuentre dorado, para luego servirlo acompañado de lechuga, tomate y queso.
Al alacrán se le retira la lanceta para que no se piense que contiene veneno, además de según la señora Sandra, este arácnido es afrodisíaco y para las células cancerígenas.
¿Qué otro mito te gustaría conocer su verdad?